Perspectivas de Mercado

Video producido en asociación con Bloomberg.

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Por Patrick Bryden, Director de Investigación Ambiental, Social y de Gobierno Corporativo, Banca y Mercados Globales, Scotiabank

Quizá ahora parezca un recuerdo de una época lejana, pero una de las tendencias que se había empezado a perfilar en los mercados de capitales pre-pandemia era el auge de la demanda de inversiones vinculadas a criterios ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo).

Por más que algunos críticos hayan tildado estos principios de financiamiento sostenible y sus valores asociados en un mercado próspero como un “lujo”, el interés que sigue existiendo hoy en día en torno a las soluciones de inversión responsable demuestra que el énfasis en los factores ASG tiene sentido, desde el punto de vista de la rentabilidad, entre inversionistas e emisores por igual. Podría decirse que el COVID-19 ha sido la prueba de estrés para las inversiones ASG, gracias a la cual han dejado de ser un lujo para convertirse en una necesidad. 

El creciente perfil de los factores ASG

Mucho antes de la pandemia, la comunidad de “creyentes” en las consideraciones ASG ya se encontraba en plena expansión. De hecho, una gran porción del sector de inversión ya estaba adoptando los principios ASG ante la evidencia que demostraba como las empresas más involucradas en sostenibilidad solían superar a sus competidores que no integraban estos principios en sus estrategias. Esta tesis fue confirmada en los últimos años por una serie de investigaciones académicas, como el famoso estudio de Robert G. Eccles y George Serafeim, de Harvard Business School, y Ioannis Ioannou de London Business School, titulado “The Impact of Corporate Sustainability on Organizational Processes and Performance” (El impacto de la sostenibilidad corporativa en el desempeño y los procesos organizacionales).1

Las historias de éxito se han sumado al palpable deseo en los ámbitos social, político y empresarial por responder al impacto del cambio climático en nuestro planeta. Tan es así que a principios de 2020 muchas empresas globales y de alto perfil anunciaron su compromiso en convertirse en organizaciones neutras en emisiones de carbono, justo cuando Larry Fink, presidente de uno de los fondos de inversión más grandes del mundo, escribía a la comunidad de inversionistas: “nos encontramos al borde de una transformación fundamental de las finanzas.” 2

Estas declaraciones reflejan la reciente corriente de apoyo a los Principios para la Inversión Responsable (PRI) de las Naciones Unidas. Hoy en día la mayoría de inversionistas institucionales son signatarios de los PRI.

Aunque algunos inversionistas se unieron al movimiento simplemente por seguir la corriente e invertir con la tranquilidad de preservar su reputación, muchos otros lo hicieron por auténtica convicción, buscando inversiones responsables en vista de la mayor demanda de estos instrumentos y la rentabilidad documentada de los portafolios ASG.

La pandemia resalta la resiliencia del mercado ASG

A pesar de los numerosos argumentos a favor de las inversiones ASG, algunos observadores tildaron de lujo esta tendencia hacia la sostenibilidad. En otras palabras, se trataba de un enfoque que solo podría ponerse en práctica cuando las bolsas de valores y mercados estuvieran en la cúspide y las compañías pudieran darse el lujo de dedicar tiempo y recursos a estas prácticas, mientras los inversionistas obtenían cómodos rendimientos.

COVID-19 silencio súbitamente a muchos escépticos al poner en evidencia cuán importante es que las empresas sean resilientes y capaces de enfrentar golpes económicos. Hemos visto cómo las empresas con sólidos valores ASG lograron manejarse bien durante la volatilidad del mercado.

Las empresas con una gestión de riesgos clara e inteligente, un control adecuado de recursos y prácticas éticas estaban mejor preparadas para hacer frente a los obstáculos. Este estudio en tiempo real no ha hecho más que intensificar la conversación sobre los factores ASG en salas de juntas y acelerar los planes dirigidos a fortalecer las actividades de promoción de la sostenibilidad.

La pandemia también ha creado un cambio de enfoque de los fundamentos de sostenibilidad como las prácticas ambientales y de gobierno corporativo hacia el lado social del triángulo ASG. Por ejemplo, las preocupaciones por la diversidad y la inclusión han cobrado más importancia y se han amplificado desde que el movimiento Black Lives Matter. Temas más generales como la distribución de ingresos, los derechos y la seguridad de los trabajadores, así mismo, nuestras redes de seguridad social y cobertura sanitaria han adquirido también más relevancia. Como resultado, muchas empresas están reevaluando la administración de su personal y de sus cadenas de suministro. Otras están examinando con más detalle los vínculos entre las compañías con sólidas culturas de diversidad, capital humano y su rentabilidad.  

En busca del valor del ASG

Convencer a los escépticos acerca del valor de los criterios ASG en el proceso de inversión fue un reto, la siguiente hazaña será ayudar a participantes en el mercado acceder a las oportunidades adecuadas de inversión y financiamiento sostenible. Es una evolución, ya que el enfoque ASG combina factores cuantitativos y cualitativos sobre los cuales existe investigación limitada. Aunque la calidad y cantidad de la data está mejorando, la información disponible puede ser a veces bastante confuso, particularmente a quienes buscan invertir ya que exigen más transparencia y divulgación de información a nivel corporativo. Por ejemplo, en el aspecto social, puede ser difícil relacionar indicadores clave de desempeño como la rotación de personal y la seguridad de los trabajadores con el estado de resultados de una empresa. Sin embargo, creemos que con el tiempo y con una mejor divulgación de información, la importancia de estas relaciones se tornará cada vez más obvia para los inversionistas.

Dicho esto, como analistas, nuestro trabajo es determinar qué datos son relevantes y significativos dentro de nuestro proceso de investigación con fines de inversión. Los analistas de valores, estrategas corporativos y expertos en sostenibilidad colaboran para entender estos factores e integrar el enfoque ASG en nuestra metodología de toma de decisiones.

Nos entusiasma ver cómo, a medida que el mercado comparte más información, estamos afinando la forma en que usamos la data con el objetivo de plantear preguntas diferentes. Los reportes sobre las prácticas ASG son el punto de partida, no la meta final. Nos ayudan a tener mejores conversaciones con las empresas para obtener una idea más precisa de sus acciones y entender cómo esto se traduce en sus resultados financieros y rendimiento operativo, además de asegurarnos de velar por los intereses de los accionistas (o lo que se conoce como shareholder stewardship) e involucrar a todas las partes interesadas. Podemos así invertir en las mejores compañías e identificar aquellas que se han quedado rezagadas, pero tienen un buen potencial de desempeño en el futuro, una vez que emprendan sus transformaciones ASG.

Ahora que los criterios ASG se están convirtiendo en una necesidad en el mundo pospandémico, las empresas se están dando cuenta de cómo el mercado reconocerá a quienes lo hacen bien, a diferencia de quienes solo están siguiendo el juego o simplemente intentan poner un “lacito verde” a sus productos. A medida que nuestros procesos maduran, podemos descubrir cifras, historias y estrategias reales que muestran cuáles son las compañías que están haciendo un mejor trabajo. Inversionistas y empresas están entendiendo que el capital fluirá a quienes demuestran una visión de futuro.

Patrick Bryden
Director de Investigación Ambiental, Social y de Gobierno Corporativo

Teléfono: 403-213-7750