Perspectivas de Mercado

 

Los mercados energéticos se encuentran en un rápido proceso de transición. Los estándares de consumo de petróleo, gas natural y otras formas de energía están cambiando con el surgimiento de tecnologías y nuevos patrones de comportamiento del consumidor. En esta época de constante cambio, el pronóstico de hoy no siempre será válido mañana. Estos movimientos "sísmicos" se han dado a lo largo de la historia y no es de sorprender que el sector energético esté pasando por una revolución tecnológica que está redefiniendo la forma de producir y, en última instancia, de utilizar la energía.

La revolución tecnológica del sector energético desde adentro: Balance de un mercado de crudo en rápida evolución

Durante la Revolución Industrial, la mecanización sistematizada del proceso de fabricación mejoró drásticamente la productividad y fue el factor que impulsó el crecimiento económico y promovió la aceleración del cambio social. Hoy en día, el avance tecnológico generalizado nuevamente impulsa un cambio sustancial. La revolución tecnológica actual es innovadora, transformadora, desestabilizadora y está muy presente en todos lados.

No es de sorprender que la omnipresencia de la tecnología innovadora (en sentido figurado y literal) también esté al frente del sector energético. La tecnología moderna presenta tanto amenazas como oportunidades para los mercados de energía, particularmente para la cadena de valor del petróleo.

Pese a la reciente volatilidad del combinado energético, muchos especialistas del sector ven el largo plazo de manera positiva. La demanda global es robusta y se proyecta para seguir creciendo en las próximas dos décadas. Si esta demanda no alcanza su máximo nivel por lo menos hasta mediados de la década de 2030, esto será señal de un mercado de petróleo fuerte de aquí hasta entonces. Considerando la magnitud y el alcance de la expansión económica en mercados emergentes como China, India y muchas zonas de África, el crecimiento en esas regiones en los próximos 20 años podría ser trascendental y muy prometedor para el petróleo.

Desafíos futuros en el sector petrolero

Este panorama favorable para el petróleo debe sopesarse con la dinámica potencialmente cambiante del mercado, la cual podría no ser muy obvia aún. Después de todo, ¿quién podría haber pronosticado hace una década que los vehículos eléctricos se convertirían rápidamente en una opción de transporte convencional? Hoy en día, se ofrece una gama concentrada, pero en expansión, de vehículos eléctricos y los grandes fabricantes de automóviles se han volcado este mercado, así como al mercado de los híbridos. Hacer que los vehículos eléctricos se introduzcan en el mercado automototriz constituye un "sismo" en la dinámica de la demanda, considerando que históricamente el crudo tuvo la mayor cuota de participación en el mercado del transporte. No obstante, ese es solo uno de los factores determinantes de los precios del petróleo.

Obsesionados con la posible saturación del mercado, los miembros de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), así como otros países productores de petróleo, se han unido para poner un tope a la oferta y crear un mayor desequilibrio entre oferta y demanda.

Lo que motivó a la OPEP a poner un tope a la oferta fue apoyar un alza moderada de los precios a corto plazo, pero también impedir que se disparen a tres dígitos en el largo plazo. Si el precio del petróleo supera los US$100 por barril, aumentaría el atractivo de fuentes sustitutas, como los vehículos eléctricos, lo que a más largo plazo haría peligrar la viabilidad económica de los principales países exportadores de petróleo. Si bien los vehículos eléctricos pueden representar el futuro, los vehículos con motor de combustión interna son actualmente más baratos y asequibles para los consumidores de los mercados emergentes. De producirse un cambio en términos de la competitividad a nivel de precios entre los vehículos con motor de combustión interna y los eléctricos, este se daría apenas dentro de la segunda mitad de la década de 2020. Por lo tanto, la demanda de crudo no desaparecerá pronto en modo alguno.

Mejor tecnología para impulsar una mejor producción

La pregunta que sigue sin responderse es si las empresas de energía deben perforar para recuperar la producción petrolera existente pero en constante descenso, o reemplazarla con otras formas de energía. Para mantener los niveles de producción, o por lo menos reemplazar la producción perdida debido a las tasas de disminución regulares, las empresas del sector energético deben persistir en los trabajos de prospección, encontrar recursos nuevos y explotarlos. Esto significa que los precios del petróleo deben ser lo suficientemente altos para justificar la inversión en el reemplazo de la declinante producción diaria. Por otro lado, con el advenimiento de tecnologías, como los vehículos eléctricos que pueden funcionar con la electricidad generada por centrales eléctricas, el petróleo ha dejado de ser exclusivo en el sector de transporte. Hoy en día, los nuevos participantes del mercado que operan con gas natural, energía nuclear, solar, eólica y otras fuentes energéticas compiten por el descubrimiento de formas económicamente factibles de extracción de energía del suelo, el sol o el viento para transporte y otros usos.

El combustible de los vehículos eléctricos puede provenir de casi cualquier fuente. Esto genera competencia en un mercado hasta entonces acaparado por el petróleo, lo que distorsiona una cadena de valor que se había ido consolidando por décadas. Pero las barreras al acceso se mantienen. Para establecer la misma cadena de valor para la energía eólica, por ejemplo, desde su producción por el aerogenerador y su conducción por la red eléctrica con destino a viviendas y después a los automóviles, se requiere tiempo y una inversión considerable en gastos de capital.

El aumento de la competencia está impulsando el avance tecnológico en el sector petrolero. Para competir a nivel global, las empresas del sector energético deben desarrollar métodos más eficaces y rentables de extraer petróleo mediante la explotación de economías de escala. Esto explica por qué las empresas de exploración y producción de alta capitalización bursátil, conocidas como las "supergrandes" están ganando supremacía. La perforación de un pozo a la vez constituye una desventaja competitiva. Los avances tecnológicos han sido el factor de impulso de innovaciones en "pad drilling" que consiste en la perforación de múltiples pozos desde una misma plataforma para facilitar la extracción con menor capital de trabajo y mayor eficiencia. Pasar de la perforación de un solo pozo a la técnica "pad drilling" y después al método "cube drilling" (en el que un cubo tridimensional subterráneo permite realizar simultáneamente la perforación y la fracturación hidráulica o "fracking"), aumenta la eficiencia de las empresas de exploración y producción de alta capitalización bursátil y ayuda a las supergrandes a competir en todas las áreas del combinado energético.

Resulta difícil predecir la próxima tendencia que traerá repercusiones. La perforación con cubo ("cube drilling") es una tecnología relativamente nueva que podría cambiar la dinámica de juego. La tendencia que siga podría fácilmente estar relacionada con la infraestructura o ser impulsada por un mayor acceso a los mercados financieros. Las supergrandes norteamericanas están teniendo éxito porque pueden emplear tecnología nueva, debido en parte a su capacidad de acceso a los mercados de capital para el financiamiento de estas iniciativas.

El auge de la inteligencia artificial y el aprendizaje automático

Hay otras tecnologías sofisticadas en surgimiento. Rara vez se analiza el uso de la inteligencia artificial para identificar zonas de mayor potencial productivo, dado que estas tecnologías son en gran medida de propiedad privada de las empresas que las utilizan. Sin embargo, están atrayendo la atención de las empresas exploradoras y productoras. Y por una razón válida. La inteligencia artificial puede ofrecer una ventaja sobre métodos más anticuados. Además, los robots inteligentes dotados con inteligencia artificial pueden contribuir a reforzar la productividad y rentabilidad de la exploración y producción y la vez mitigar los riesgos para la seguridad del personal.

El aprendizaje automático, una subcategoría de la inteligencia artificial, crea y utiliza algoritmos complejos para generar predicciones de datos y puede emplearse de maneras diferentes para ejecutar la función de inteligencia artificial. Por ejemplo, en la fase de exploración en que la perforación puede tener costos prohibitivos sin garantía de éxito, el aprendizaje automático puede interpretar conjuntos de datos técnicos sobre el emplazamiento de perforación, realizar "pruebas virtuales" para determinar la viabilidad del sitio y, en función de ello, recomendar las técnicas de perforación adecuadas sin necesidad de movilizar equipo físico ni cuadrillas.

Hasta inicios del siglo XXI, la mayor parte de empresas estadounidenses que perforaban pozos únicos verticales no podía competir con las regiones petroleras como el Medio Oriente, lo que se reflejaba en los volúmenes de producción decrecientes de esa época. Entonces, hace unos 10 años, las empresas estadounidenses comenzaron a perforar en ángulo. Consiguieron orientar la broca de perforación en distintas direcciones para llegar a las zonas que supuestamente contenían las reservas de petróleo. Con la nueva tecnología a su disposición, las empresas petroleras comenzaron a perforar verticalmente y salir en un plano horizontal de gran longitud, bombeando fluido a altísima presión a través del yacimiento y creando básicamente un área de fractura bidimensional. Este método bidimensional puede aumentar la producción inicial y, en última instancia, la recuperación de los recursos del yacimiento.

La tendencia actual: La digitalización y el internet de las cosas

El "petróleo digital" es una tendencia consistente en digitalizar la totalidad del trabajo de perforación, extracción y procesamiento, desde las existencias de crudo hasta los camiones, la arena y más. La digitalización del petróleo permite hacer el seguimiento de toda la cadena de valor y extraer una base de datos integral que informa la situación de las operaciones en tiempo real. La digitalización pone el Internet de las Cosas al servicio del sector energético.

El Internet de las Cosas permite a las empresas llevar un control del equipo de perforación, los camiones y otro equipo de servicio relativo a la productividad y las operaciones en la cabeza del pozo. El seguimiento en tiempo real de los factores de producción, como el tipo de crudo producido, los equipos de perforación utilizados, los recursos humanos que intervienen, el inventario disponible, etc., permite a la larga a las empresas asignar mejor los recursos. En consecuencia, las empresas pueden actuar con mayor precisión y criterio respecto a la distribución en tiempo real de los gastos de capital y los recursos. A su vez, esto contribuye a disminuir el capital de trabajo, acortar el rango de perforación y generar rendimientos más sólidos para las partes interesadas y accionistas de las empresas.

En esta coyuntura, la tecnología es de vital importancia para las empresas del sector energético. Esto explica por qué las supergrandes del petróleo y sus socios continuarán invirtiendo sumas considerables en tecnología. Si las empresas norteamericanas adoptan una combinación de tecnologías que las ayuden a ponerse en igualdad de condiciones con los países de la OPEP, mediante el aprovechamiento de nuevas tecnologías como la fracturación hidráulica horizontal, la perforación cúbica, operaciones asistidas por aprendizaje automático o inteligencia artificial, etc., sus probabilidades de seguir prosperando aumentarán. Todo se reduce a mantener la viabilidad y la idoneidad en un mundo en constante evolución. Las mejoras tecnológicas pueden contribuir a mejorar la eficiencia, la productividad y la rentabilidad del sector energético, tanto ahora como a futuro.

 

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Michael Loewen
Especialista en Estrategias sobre Productos Básicos, Energía, Banca y Mercados Globales

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