Perspectivas de Mercado

La mayor demanda de bonos verdes, sociales y sostenibles en los mercados puede atender los retos de desarrollo de Latinoamérica, según Juan Fullaondo.

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La creciente demanda de bonos verdes y sostenibles en los mercados globales es un reflejo del interés por productos vinculados a criterios ASG (ambientales, sociales y de gobierno corporativo) entre inversionistas y emisores de capital de deuda en Latinoamérica, aun en momentos en que la región se enfrenta a retos considerables en materia de infraestructuras y problemáticas ambientales y sociales.

Juan Fullaondo, Director Ejecutivo y Head, Mercados de Capitales de Deuda, América Latina y el Caribe en Scotiabank, nos explica cómo el movimiento a favor de las inversiones sostenibles se está difundiendo por toda la región. En colaboración con sus colegas de la división de Banca y Mercados Globales, están ayudando a clientes prepararse para acceder las oportunidades en este segmento.

Las raíces verdes de América Latina

Aunque el interés por las inversiones sostenibles surgió primero en los mercados europeos, Fullaondo precisa que en Latinoamérica los bonos verdes comenzaron a aparecer hace más de cinco años, particularmente en emisiones internacionales para grandes proyectos de infraestructura.

“Es cierto que los europeos están a la delantera de otros mercados en cuanto al interés, regulaciones y variedad de productos disponibles, pero sin duda Latinoamérica también tuvo precursores de bonos verdes entre los emisores de deuda soberana, que estuvieron motivados ya sea por el ciclo político o por la ambición de captar capital extranjero para impulsar el desarrollo local”, comenta Fullaondo, haciendo una breve retrospectiva de sus 25 años de carrera en la región.

Destaca, por ejemplo, transacciones innovadoras que tuvieron lugar en la región, como el primer bono verde de un emisor latinoamericano en 2014 (Energía Eólica, Perú), el primer bono social en 2017 (Banco del Estado de Chile), el primer emisor soberano de sostenibilidad en 2020 (México) y el primer emisor soberano social en 2020 (Ecuador).

“La diferencia es que los primeros bonos verdes de la región se veían como una opción deseable, con la que el emisor podía sentirse orgulloso de estar haciendo lo correcto y contribuir a una buena causa”, recapitula Fullaondo. “En cambio, ahora el concepto ha evolucionado y cada vez más emisores están conscientes de la necesidad de adoptar un enfoque más verde. Más y más compañías se percatan de los beneficios de incorporar consideraciones ASG en sus estrategias y están dispuestas a emprender el proceso necesario para sacar adelante estos bonos.”

Fullaondo señala también que los emisores están reconociendo los beneficios económicos, y no solo la mejora de la reputación, que conllevan estas transacciones. “Cuando una empresa hace este tipo de emisiones, contribuye a ampliar su base de inversionistas y su volumen potencial de capital, ya que existe una extensa comunidad de inversionistas adeptos a los principios ASG e interesados en deuda latinoamericana. Si bien es un mercado relativamente nuevo, emisores están consiguiendo mejores precios en mercados secundarios, puesto que los bonos verdes a menudo se cotizan por encima de los bonos tradicionales.”

Continuo interés en el mercado ASG

Pese a la volatilidad de los mercados, se observa una mayor diversificación entre los participantes del espacio ASG, destaca Fullaondo. “Por el lado de los emisores, el volumen está aumentando tanto en monedas extranjeras como en monedas locales. Se percibe también un mayor interés por parte de las entidades gubernamentales, y vemos una gama más variada de títulos corporativos, de numerosos sectores e industrias, no solo de la industria eléctrica y minera, como era de esperar”.

Anteriormente los inversionistas extranjeros provenían en su mayoría de Europa, pero se observa ahora también en Asia un gran interés por la deuda latinoamericana vinculada a criterios ASG, a medida que los inversionistas andan en búsqueda de rendimientos atractivos a nivel mundial.

La demanda se ha mantenido incluso con la pandemia. Fullaondo estima que más de un tercio de los clientes con los que ha conversado últimamente han contemplado la posibilidad de efectuar en el futuro una transacción acorde con criterios ASG. Ha aumentado también el interés por los llamados “bonos sociales”, que captan capital a fin de respaldar proyectos con beneficios sociales para las comunidades, especialmente entre los emisores soberanos o subsoberanos de bonos COVID-19.

En busca de una asesoría especializada

Debido a la evolución constante de los criterios, reglas y categorías de productos, Fullaondo explica que el reto radica en ayudar a los clientes a transitar el proceso de emisión: “Atendemos las preocupaciones de los clientes sobre el costo, el momento más oportuno y los requerimientos de las agencias calificadoras. Es un camino en el que continuamente se aprende, así que les ofrecemos apoyo en cada paso”. Por ejemplo, clientes prospectos que no están seguros de si sus activos o proyectos verdes van a cumplir los umbrales para calificarse dentro de los criterios ASG, añade que: “Ayudamos a detectar oportunidades, examinando los créditos de transacciones pasadas o futuras, o explicamos cómo la evolución de las reglas les abre más opciones.”

El perfil de Scotiabank en este segmento ha quedado realzado con las acciones que hemos emprendido recientemente para responder a las necesidades de nuestros clientes, descarbonizar nuestras propias operaciones y promover un crecimiento económico sostenible. En 2019, el Banco se comprometió a movilizar $100,000 millones de aquí al 2025 para reducir el impacto del cambio climático, por medio de nuestras actividades de inversión, financiamiento y asesoría. Posteriormente, en junio de 2020, la división de Banca y Mercados Globales de Scotiabank creó el Grupo de Financiamiento Sostenible, para apoyar la creciente demanda de inversiones vinculadas a factores ASG y financiamiento sostenible por parte de nuestros clientes.

Fullaondo indica, “Estos compromisos están llamando la atención, clientes examinan cuidadosamente las credenciales, la experiencia y el calibre de la asesoría de cada banco en materia de factores ASG”. “Aunque nuestro grupo de mercados de capitales de deuda ya estaba profundamente comprometido con el enfoque ASG, como equipo y como personas, ahora somos capaces de compartir las perspectivas e ideas de nuestros colegas de financiamiento sostenible.”

Sumando éxitos, juntos

Entre las recientes soluciones de sostenibilidad, en mayo de 2020, Scotiabank participó como bookrunner conjunto en la emisión de US$1,500 millones (con tramos en euros y dólares americanos) para la República de Chile. Emitida para apoyar la ambiciosa estrategia de financiamiento sostenible de la República de Chile, la destacada colocación de bonos a cinco y diez años registró un sólido libro de órdenes y considerables niveles de sobresuscripción, contribuyendo así a respaldar las estrategias de lucha contra el cambio climático de Chile y sus recientes esfuerzos de apoyo y recuperación frente a la crisis del COVID-19.

Más recientemente, en septiembre de 2020, Scotiabank participó como coordinador global y bookrunner conjunto cuando Suzano Austria GmbH, empresa brasileña de productos forestales y de papel, emitió una serie de bonos por US$750 millones vinculados a criterios de sostenibilidad. La transacción fue muy bien recibida en el mercado, con una sobresuscripción de 9.4x y el fuerte respaldo de inversionistas ASG norteamericanos y europeos, que se sintieron atraídos por la estrategia de sostenibilidad de la empresa y el marco dirigido a reducir la intensidad de las emisiones de gases de efecto invernadero.

Esta transacción tuvo lugar después de que Scotiabank apoyara a otro líder de la industria forestal, la empresa chilena Arauco (Celulosa Arauco y Constitución S.A.,) en la colocación y valuación de la primera emisión internacional de bonos sostenibles por parte de un emisor corporativo en América Latina. Con la participación de Scotiabank como coordinador global y bookrunner conjunto, la transacción sostenible de dos tramos (US$500 millones en bonos con vencimiento en 2030 y US$500 millones en bonos con vencimiento en 2050) que se realizó en octubre de 2019 registró una sólida demanda de inversionistas verdes y convencionales. Fue, de hecho, la mayor colocación sostenible de una empresa en Latinoamérica, mediante la cual Arauco pudo destinar los fondos a numerosos proyectos, como la gestión sostenible de tierras y agua, viviendas asequibles y el desarrollo socioeconómico de emprendedores locales.

Fullaondo es optimista con respecto al futuro crecimiento del mercado y plantea que: “En vista del mayor compromiso que están mostrando los gobiernos, empresas e inversionistas con los criterios ASG, y la gran cantidad de proyectos de infraestructura que se están planificando para impulsar las economías regionales, veremos una mayor participación en el mercado. Aún falta por llegar a este punto, pero nos estamos acercando al ayudar a los clientes aprovechar de manera eficiente estas oportunidades.”


Para obtener más información sobre las soluciones de mercados de capitales de deuda de Scotiabank en América Latina, favor de comunicarse con:

Juan Fullaondo
Dir. General y Jefe, Mercados de Capital de Deuda - América Latina y Caribe

Teléfono: 917-769-6822