En 2026, la constante en América Latina será un entorno de incertidumbre, impulsado por riesgos persistentes relacionados con la política comercial de EE. UU. y el crecimiento global, junto con elecciones regionales, desafíos fiscales y complejos equilibrios para los bancos centrales locales. A continuación, presentamos nuestros puntos clave desde una perspectiva latinoamericana.
Reflexiones
- La incertidumbre sobre la política comercial de EE. UU. y las elecciones regionales harán que 2026 sea difícil de navegar, pero en general somos algo optimistas debido a la flexibilización monetaria en la región y los precios saludables de las materias primas. Los resultados económicos y de mercado en América Latina para 2026 (y posiblemente más allá) dependen de la preparación y los resultados de las elecciones en la región, siendo la votación de octubre de 2026 en Brasil la más importante.
- Tenemos una perspectiva positiva para el crédito latinoamericano en 2026, impulsada por la convergencia de factores monetarios y políticos favorables que deberían respaldar los diferenciales.
- Tenemos una perspectiva desfavorable para el dólar estadounidense, anticipando una debilidad generalizada frente a la mayoría de las principales monedas durante 2026 y hasta 2027. Nuestra proyección se basa en una expectativa sobre la política relativa de los bancos centrales que incorpora tasas significativamente más bajas por parte de la Reserva Federal y pocos cambios de política en otros bancos centrales importantes.
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